Firmes en las cubiertas – Estructuras de sistemas de alta resistencia para soportar grandes cargas

En los firmes sobre cubiertas no se requiere solamente un sistema constructivo de alta resistencia a las cargas, sino también una cubierta con suficiente capacidad de carga estructural. Además hay que tener en cuenta las presiones horizontales y movimientos de torsión generados por la aceleración, el frenado y la conducción de vehículos.

Estructura del sistema

Cargas: Debido a su estrecha superficie de contacto, las cargas puntuales generadas por los neumáticos de los vehículos en tránsito, son altísimas. En el diseño se debe tener en cuenta una distribución de carga suficiente que se consigue bien mediante placas drenantes distribuidoras de carga o bien con capas de soporte suficientemente gruesas.

Bordes: Las excepcionales fuerzas horizontales y de rodadura producidas en la cubierta por la circulación, la aceleración y las frenadas de los vehículos en movimiento, deben de ser absorbidas. Para evitar que estas cargas horizontales puedan dañar la impermeabilización de la cubierta, habrá que tomar medidas especiales, p. ej. colocando capas antideslizantes. Además, las fuerzas deben ser absorbidas y contenidas por sólidos bordes, que se construirán con una zapata trasera de apoyo, de manera que ni el pavimento, ni el material del lecho pueda deslizarse. Si el borde perimetral está junto a muros verticales, es vital proteger la impermeabilización con dispositivos metálicos como las sólidas perfilerías metálicas.

El espesor del pavimento: Los pavimentos y su espesor deben ser seleccionados en función de las cargas que se esperan generar en la cubierta. Si se ejercen cargas pequeñas, como p. ej. las de la circulación peatonal, el pavimento no tiene que tener el mismo espesor como él que está expuesto a cargas mayores. Al utilizar un pavimento para el tráfico de coches y de camiones, el firme está expuesto a cargas por rodadura que pueden causar torsiones. Al decidirse a favor de piedras de mayor espesor, se puede aprovechar que la superficie de apoyo es más grande entre las piedras lo que contrarresta mejor la torsión. Cuanto menor es el espesor de piedra, tanto mayor son las fuerzas de compresión que se ejercen sobre los cantos en la cara inferior. Cuando los pavimentos de piedra tienen un gran espesor, las fuerzas se distribuyen sobre todo en sentido horizontal hacia las piedras vecinas que las absorben. El adoquinado queda intacto.