Huertos urbanos: la despensa en la terraza

 Viñas sobre una cubierta

Viñas sobre una cubierta

Un huerto sobre la cubierta

Horticultura sobre la cubierta del Museo Técnico de Mannheim

Arboles frutales sobre una cubierta

Arboles frutales sobre una cubierta de una casa plurifamiliar en Karlsruhe

El “Urban Farming” o “Huerto Urbano” es un sistema de cultivo pensado para tener hortalizas en tu balcón, terraza o patio. Los huertos urbanos, en cualquiera de sus modalidades, crecen día a día en el asfalto de nuestras ciudades. El verde está entrando en la ciudad: es una tendencia sin adscripciones sociales ni generacionales y es que, en tiempos de globalización y consumismo desmedido, el retorno al origen de la tierra es una opción cada vez más popular.

El cultivo de productos agrícolas en la ciudad no es una novedad. Tiene una larga tradición, pero se desarrolla especialmente desde principios del siglo XX en los núcleos industriales como complemento alimentario para las clases más populares. Con el incremento del bienestar de las clases medias se generó, sobre todo en los países de Centro Europa, una gran afición por el cultivo de verduras, hortalizas y frutas en la propia vivienda, de manera que los pequeños jardines particulares se acabaron convirtiendo en zonas de doble uso: pequeños huertos junto a espacios de ocio.

En los últimos años asistimos a una expansión de los Huertos Urbanos en las grandes ciudades a nivel individual o colectivo (la Huertita de Tetuán en Madrid es un buen ejemplo), desde la iniciativa privada como desde el ámbito municipal, como el Ayuntamiento de Barcelona que dispuso como espacio público una completa lista de huertos municipales. Ahora bien, es en las instalaciones privadas en terrazas y balcones de viviendas donde se están experimentado los crecimientos más notables.

Las causas de este incremento se explican por la escasez de espacios libres y el aumento constante de la población urbana. A nivel mundial, más del 50 % de la población ya vive en ciudades y el coste del suelo urbano es prohibitivo para darle un uso hortícola. En cambio, la mayoría de las terrazas y los balcones de viviendas son aptos como zonas útiles para instalar un pequeño huerto si se tienen en cuenta ciertos parámetros como la limitación de carga de la cubierta y se planifica correctamente la construcción de la base de plantación.

En la época de “age of less” y el movimiento”slow food” o el “transition town” el consumo de productos agrícolas regionales se encuentra en pleno apogeo. Todos estos movimientos en auge defienden un estilo de vida que favorece la sostenibilidad y el ahorro de recursos ecológicos y energéticos. El Instituto “Forsa” publicó los resultados de una encuesta realizada en el año 2010 entre consumidores alemanes con el resultado de que el 75% de los encuestados decidían su compra en función del origen de los productos.

No sólo los ciudadanos se han adherido con ímpetu a los movimientos de regeneración urbana, las administraciones y las empresas también están siguiendo esta estela. En Detroit se reconvierten edificios industriales en ruinas y casas abandonadas en huertos. También es en Estados Unidos donde las grandes superficies de las cubiertas de los supermercados se están reutilizando para cultivar a gran escala productos agrícolas que se venden poco después en la planta inferior del mismo edificio. Además del ahorro del coste del transporte, se aprovechan las ventajas que ofrecen las cubiertas vegetales como son la reutilización de las aguas pluviales y el ahorro energético gracias al aislamiento térmico de las capas utilizadas. Mientras que en un principio las cubiertas de los edificios se percibían esencialmente como uso para invernaderos, en la actualidad se aprecian cada vez más los cultivos al aire libre de todo tipo de verduras y de frutas. En el barrio de Brookly en Nueva York crecen sobre una superficie de cubierta de 1.500 m² lechugas y en Los Angeles, en Dubai y en Shanghai existen ya plantaciones hortícolas comerciales.

En Europa el “Urban Farming” sobre las cubiertas de los edificios  también ha arraigado con fuerza y múltiples actuaciones testimonian el  interés generado. Aquí dejaremos constancia de los huertos sobre las cubiertas de casas plurifamiliares de la ciudad de Karlsruhe, el jardín museo de Mannheim, un huerto sobre la cubierta de una casa unifamiliar de la región de Stuttgart y el jardín-viñedo del castillo Schloss Wackerbarth, en Sajonia.

La base para obtener cosechas extraordinarias y una cubierta protegida de humedades es el conjunto del sistema empleado, desde el forjado de la cubierta hasta su capa vegetal. Una técnica específica y su aplicación profesional garantizan el éxito si se tiene en cuenta los parámetros necesarios y adecuados.

En primer lugar consideraremos las cargas estructurales. La construcción del huerto se tiene que adaptar a las cargas que se esperan que produzcan por el espesor del substrato vegetal saturado de agua. No es lo mismo plantar verduras, hortalizas o árboles porque cada uno de ellos requiere de espesores de sustratos diferentes para desarrollarse y dar frutos.

Una vez aclarado el apartado de la sobrecarga, es preciso conocer la pendiente de la cubierta y sus encuentros laterales. La mayoría de las cubiertas planas están construidas con una pendiente del 2%, como indica el Código Técnico y para ellas se elige una solución específica. En caso de trabajar sobre  una cubierta con pendiente 0º se optará por un sistema de cubierta adecuado que permita que la vegetación no muera por asfixia radicular, el mayor peligro que nos podemos encontrar en estas pendientes.

El tipo de impermeabilización, además, es decisivo para determinar si precisamos una capa antirraíz adicional, como ocurre con las impermeabilizaciones de tipo orgánico. Si la lámina impermeabilizante es sintética, no será necesaria la capa adicional antirraíz. No obstante, para mayor seguridad recomendamos siempre que el jardinero se informe explícitamente del tipo de impermeabilización que se ha utilizado y si el material ha obtenido el certificado antirraíz de la FLL.

El corazón del sistema del huerto en la cubierta, sin embargo, es el conjunto compuesto del elemento de drenaje, de la retención de las aguas pluviales o del riego, de la conveniente oxigenación del sistema y del filtro que evita la erosión de la tierra vegetal.

La composición del sustrato adecuado es otro de los componentes que determinan el  éxito o el  fracaso de un huerto sobre la cubierta. A parte de conseguir el espesor adecuado para cada especie vegetal plantada, es preciso conocer con exactitud su composición. Estamos hablando de sustratos vegetales, diferentes a las tierras tradicionales de suelos. Sustratos especiales para cultivo hortícola, pero también específicos para cubiertas, puesto que las condiciones de situación y funcionamiento van a ser diferentes a las condiciones y recursos que obtenemos cuando plantamos sobre el suelo.

El sistema de riego escogido tendrá que adaptarse igualmente a los factores sobre los que se trabaja para obtener un máximo rendimiento: el tipo de plantación vegetal y el sistema constructivo de la cubierta.

En cualquier caso, recomendamos consultar los expertos en cubiertas para asesorar en los proyectos. Ellos disponen de la experiencia y el conocimiento en cubiertas hortícolas para asesorar en el diseño y en la ejecución de esta nueva técnica.

Autores:
Isabel Castillo, Paisajista
Hans-J. Seeger, Consejero de ZinCo Cubiertas Ecológicas

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ZinCo Cubiertas Ecológicas, S.L.

Correo electrónico: contacto@zinco-iberica.es